Diosas de la guerra: Arquetipos femeninos de la violencia y la destrucción divinas

En el imaginario de casi toda cultura antigua podemos hallar inquietantes diosas de la guerra, la destrucción y otras fuerzas primigenias indomables. Ya sea en su calidad de diosas guerreras que personalmente intervienen en feroces batallas, o como señoras de la muerte y la magia oscura, estas siniestras divinidades encarnaban los aspectos más despiadados y vertiginosos del combate.

Inmortalizadas en épicas leyendas y temidas por propios y extraños, las bélicas diosas de la mitología han fascinado a mortales e inmortales a lo largo y ancho del planeta. Aún en nuestros días, su sangriento legado continúa ejerciendo una terrible atracción.

Principales diosas de la guerra

Común denominador: Muerte y destrucción rituales

Más allá de sus diferentes nombres y proveniencias culturales, la mayoría de estas ancestrales diosas de la lucha comparten inquietantes denominadores comunes que trascienden épocas y civilizaciones.

Casi invariablemente se las asocia con campos de batalla, carnicerías militares y matanzas violentas donde cobran innumerables víctimas. También personifican la destrucción masiva inherente a conflictos bélicos a gran escala.

Otro elemento recurrente es su vínculo con buitres, cuervos y otras aves carroñeras que se nutrían de la carne en descomposición de guerreros abatidos, consagrando así un ciclo natural de muerte que alimentaba nueva vida.

Y por supuesto suelen ostentar estrechos lazos con la hechicería y las artes mágicas, permitiéndoles manipular los elementos naturales y alterar el curso de cruentos enfrentamientos.

Divinizando la barbarie “gloriosa”

En resumen, estas sanguinarias diosas representan la deificación del salvajismo puro desatado por la violencia organizada, elevando el caos sangriento de feroces batallas campales a la categoría de eventos cuasi-rituales de trascendencia sagrada e importancia cósmica.

Encarnaban así la paradoja moral inherente a toda mitología bélica: la matanza desenfrenada, aún con sus aspectos más chocantes o repugnantes para la sensibilidad contemporánea, adquiere un sentido “glorioso” al investirla de connotaciones espirituales que la absuelven de toda culpabilidad.

Mitologías occidentales: Celta, nórdica y grecorromana

Entre los panteones bélicos occidentales más notorios por incluir espantosas diosas guerreras destacan el celta, el nórdico vikingo y el grecolatino.

Celta: Morrigan y Badb

Particularmente célebres son las temibles hermanas celta Morrigan y Badb. Con sus aterradores gritos de guerra y poderes shapeshifters para transformarse en cuervo, lograban sembrar el pánico entre filas enemigas.

También sobresale la igual de feroz guerrera Scáthach, legendaria instructora marcial de héroes como Cú Chulainn, de quien se cuentan extraordinarias hazañas bélicas gracias a las artes marciales secretas que ella le enseñó. Todas representan sin duda al arquetipo universal de “diosa de la muerte” en sus más lúgubres y despiadadas manifestaciones.

Nórdico: Valkirias

Por su parte, el panteón nórdico-germánico veneraba a las Valkirias, aquellas doncellas aladas que sobrevolaban campos de batalla buscando guerreros caídos dignos de ascender al majestuoso Valhalla para convertirse en el séquito de Odín.

Montadas sobre lobos y armadas hasta los dientes, estas sanguinarias “escogedoras de muertos” no sólo custodiaban el paraíso vikingo de los héroes abatidos, sino que su misma presencia en el fragor del combate infundía coraje sobrehumano y sed de gloria póstuma entre los combatientes paganos.

Grecolatina: Bellona y Enio

Finalmente, dentro de las sangrientas deidades femeninas grecorromanas antonomásticas sobresalen la furiosa Bellona, diosa insignia de la guerra descontrolada y la destrucción completa, cuya sola visión enloquecía a ejércitos enteros precipitándolos hacia masacres dementemente sanguinarias.

Junto a ella figura la no menos violenta Enio, despiadada compañera y parte maléfica de la dual diosa Atenea. Donde ésta última representaba la faceta noble de las artes marciales y la estrategia militar sensata, la brutal Enio encarnaba la furia ciega e irracional que también anidaba en el corazón de toda contienda bélica según los trágicos griegos.

Mitologías orientales: India, China y Japón

Pasando a Asia también hallamos interesantes ejemplos de sanguinarias diosas guerreras, especialmente en las mitologías hindú, china y japonesa.

Hinduismo: Kali y Durga

En el inmenso panteón hinduista descuellan la aterradora Kali, feroz destructora representada portando cuchillos y cráneos ensangrentados de víctimas previas que danzaba frenéticamente sobre campos de batalla consumiendo a los caídos sin distinción.

Emparentada con ella figura la igualmente aguerrida Durga, madre divina que blandía múltiples armas contra ejércitos enteros de demonios a los que masacraba bestialmente en nombre de restaurar el orden cósmico. Ambas ejemplifican la espantosa pero necesaria faceta violenta de lo divino femenino en su función de aniquilar el mal.

China: Guan Yin

Incluso figuras aparentemente compasiva como la budista Guan Yin exhiben ocasionales facetas marciales: en algunas versiones la diosa misericordiosa solo logra contener su naturaleza lastimera convirtiéndose periódicamente en una justiciera armada dispuesta a usar la fuerza contra corruptos opresores para defender a los débiles e indefensos.

Un interesante giro que equilibra sus aspectos compasivos con ocasionales pero terribles estallidos de violencia sagrada destinados a restablecer el Cosmos cuando la injusticia y el sufrimiento se vuelven insoportables.

Japón: Benten y Inari

Finalmente el folklore japonés incorpora manifestaciones violentas de diosas tradicionalmente asociadas a dominios aparentemente más pacíficos, como la bella e inspiradora musa Benten, patrona de las artes, la elocuencia y la música, quien en algunas versiones adopta temporarily formidable apariencia marcial blandiendo áureas espadas y arcos para defender su santuario isleño de amenazas malignas.

También la zorruna Inari Ōkami, kami tutelar del arroz y la fertilidad agrícola, ocasionalmente empuña enérgicas armas para proteger las preciadas cosechas niponas de codiciosos invasores extranjeros y otros peligros.

En esencia nos hallamos ante innatas potencialidades guerreras que subyacen tras aparentes personalidades pacíficas, listas para manifestarse furiosamente cuando las circunstancias así lo requieran en pro de restablecer el equilibrio cósmico.

Interpretaciones antropológicas y legado cultural

Más allá de sus respectivos trasfondos mitológicos, estas sangrientas deidades bélicas parecen encarnar inquietudes universales de la psique humana en torno a los inevitables ciclos de violencia colectiva desatada históricamente por toda civilización conocida.

Quizás reflejen en última instancia intentos por explicar, racionalizar e incluso glorificar ritual y sagradamente el lado más brutal de nuestra naturaleza como especie; un lado cuyos estallidos intermitentes de barbarie han dejado regueros de sangre y muerte a lo largo de milenios.

Sea como fuere, lo cierto es que estas arquetípicas heraldos femeninos de la guerra y sus horrores asociados no han dejado de cautivar los temores y fantasías de sociedades enteras, perpetuándose en nuevas versiones artísticas y culturales que reciclan sus inquietantes mitos para cada nueva era histórica.

Y es que por más que logremos reprimirlas temporalmente tras civilizadas fachadas de urbanidad y buenos modales, las siniestras diosas de la matanza siempre terminan resurgiendo desde el mismo corazón de las tinieblas que anidan en nuestro lado más salvaje, listas para recordarnos que la violencia extrema sigue tan inherentemente arraigada a la condición humana hoy como en cualquier otra época anterior.

Nombres de diosas de la guerra

  • Minerva: Mitología romana – Equivalente a la diosa griega Athena, asociada con la guerra estratégica y la sabiduría.
  • Bellona: Mitología romana – Diosa romana de la guerra.
  • Freyja: Mitología nórdica – Diosa nórdica asociada con la guerra, el amor y la fertilidad.
  • Skathi: Mitología nórdica – Diosa nórdica de la caza, el invierno y la guerra.
  • Anat: Mitología cananea – Diosa cananea de la guerra.
  • Epona: Mitología celta – Diosa celta asociada con la guerra y los caballos.
  • Cihuacóatl: Mitología azteca – Diosa azteca de la guerra y la fertilidad.
  • Ixchel: Mitología maya – Diosa maya asociada con la guerra, la medicina y la fertilidad.
  • Durga: Mitología hindú – Diosa hindú que personifica el poder divino y la justicia, a menudo asociada con la guerra.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es la diosa de la guerra?

Cada mitología tiene sus diosas de la guerra, veamos las aquí mencionadas

Mitología Griega: Atenea
Mitología Romana: Minerva
Mitología Nórdica: Freyja
Mitología Celta: Morrigan
Mitología India: Kali, Durga

¿Cómo se llama la diosa más fuerte?

Cada mitología tiene su propia diosa más fuerte

Mitología Griega: Artemisa
Mitología Romana: Diana
Mitología Nórdica: Freyja
Mitología Celta: Danu
Mitología India: Durga
Mitología Japonesa: Amaterasu

¿Cuál es la diosa de la fuerza?


Cada mitología tiene sus propias diosas de la fuerza

Mitología Griega: Atenea
Mitología Romana: Minerva
Mitología Nórdica: Freyja
Mitología Celta: Danu
Mitología India: Durga

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