Diosa Vesta, diosa romana del hogar y del Fuego Eterno

Diosa Vesta, diosa romana del hogar y del Fuego Eterno
  • Nombre: Vesta
  • Diosa de: Del Hogar y el Fuego
  • De interés: Hermana de Júpiter y Juno
  • Mitología: Romana

La diosa Vesta era hermana de Júpiter y de la Diosa Juno Fue la diosa del hogar. Los romanos, a finales de la república, trataron de marcar diferencias frente a los dioses griegos y reclamaban con orgullo su identidad por lo que potenciaron su atributo de diosa de la fidelidad, que no poseía su homóloga griega.

Nuestros valores actuales derivan de los valores romanos y no de los griegos que eran algo diferentes. Vesta era la diosa del hogar y símbolo de la fidelidad, dos valores aun presentes en la cultura occidental, propios de los romanos y no de los griegos.

Las vestales se encargaban de su culto y era una orden similar a las actuales monjas católicas.

Orígenes de la diosa Vesta

Vesta, era hija de Saturno y Ops y  hermana de Juno, Minerva y Ceres y como no , tenía por hermanos  a Júpiter, Neptuno y Pluton.

Fue tragada por su padre Saturno y vomitada gracias al purgante que le dio Metis. Luchó junto a su hermano Júpiter contra Saturno en la guerra de los titanes, la cual ganaron.

Vesta diosa del fuego sagrado

El fuego y concretamente mantenerlo siempre encendido es un tema muy importante en el mundo antiguo que arranca desde la noche de los tiempos, os voy a recomendar mi artículo sobre el fuego en la prehistoria..

Vesta era la diosa del fuego en el hogar. Sus sacerdotisas, las vestales, eran las encargadas de custodiar las llamas del fuego eterno.

la Diosa Vesta y Roma

Rea Silvia, hija del rey Numitor rey de Alba Longa y descendiente de Eneas. Cuando Su tio Amulio obtuvo la corona y asesinó a todos sus sobrinos, la perdonó  con la condición de que debía  permanecer virgen por 30 años consagrada a Vesta. Pero el dios de la guerra Marte la violó y la dejó en estado de los gemelos Rómulo y Remo, fundadores de Roma.

Rea Silvia, sabedora de que su tio Amulio la mataría, a ella y a sus hijos, trató de salvarlos. ocultándolos en una cesta a orillas del río Tibet. Esa cesta fue encontrada por la loba Luperca o “loba capitolina”, que los amamantó.

Numa Pompilio, hijo de Rómulo y rey de Roma, en agradecimento a Vesta, pues gracias a que Rea Silvia se consagró a ella no fue asesinada por su tío en un principio,  creó a las vestales, que seguían las instrucciones de su abuela Rea Silvia.

Culto a Vesta

Vesta estaba asociada al fuego eterno, por lo cual para invocarla se hacía a través de una llama. Se solía utilizar una vela anaranjada que una vez prendida, recibía las súplicas de protección  y prosperidad del hogar.

Vesta fue una diosa benigna, hogareña, ligada al fuego al que todos se agrupaban en invierno en sus casas, por lo cual fue una deidad muy popular entre los romanos.

Las Vestales

Como vimos antes, El rey Amulio de Alba longa obligó a su sobrina Rea Silvia a permanecer virgen durante 30 años consagrada a la diosa Vesta. El castigo por incumplir este voto era ser enterrada viva.

Las vestales, en un principio eran dos, posteriormente fueron cuatro y finalmente seis, debían ser hijas de buenas familia romanas y ser elegidas por el pontífice Máximo romano. Las candidatas eran rapadas y sufrían una prueba para demostrar el desapego de la familia.

Entraban a la orden a los 10 años y debía permanecer vírgenes, al cuidado del fuego eterno, durante 30 años, hasta los 40 años pues. Una vez pasado ese tiempo, podían abandonar la orden y casarse si lo deseaban, aunque la mayoría permanecía en la orden.

Durante los 10 primeros años, de los 10 a los 20 años, eran formadas en sus obligaciones, de los 20 a los 30, otros 10 años, ejercían como vestales en activo y de los 30 a los 40, otros 10 años, se dedicaban a formar a nuevas vestales.

Conclusión

La diosa Vesta fue muy querida y respetada en la antigua Roma, pues todos acababan en el hogar en torno al fuego. Además, invocarla no era difícil, no precisaba costosos sacrificios,  ni estatuas, solo hablarle a una llama y su poder se sentía al instante, solo con acercarte a la llama.

Libros consultados

  • Mitología Universal de Arturh Ray-Connell
  • Mitología Universal de Ediciones Nueva Lente
  • Diccionario de Mitología Mundial de Ediciones Edaf

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