La diosa Fortuna era la deidad romana que personificaba la suerte, el azar y el destino. Jugaba un papel muy importante en la religión y la cultura romanas, y se la consideraba caprichosa en extremo.
La diosa Fortuna, también conocida como Fortuna Augusta, era originalmente una diosa etrusca llamada Nortia. Cuando los romanos adoptaron muchos aspectos de la religión etrusca, Fortuna se convirtió en una figura destacada en su panteón. Se la representaba como una mujer hermosa que llevaba un cuerno de la abundancia y una rueda, símbolos de las vicisitudes de la suerte y la prosperidad. Sus dones se podían obtener, pero también podían perderse al instante.
Muchos romanos adoraban con fervor a Fortuna con la esperanza de tener éxito y evitar la mala suerte. Se erigieron templos y altares en su honor, y los generales le rezaban para tener éxito en la batalla. Incluso se acuñaron monedas con su imagen. Sin embargo, también la temían por su extrema imprevisibilidad y volubilidad.
Origen y significado
La Fortuna romana evolucionó a partir de la diosa etrusca Nortia, cuyo festival, el día del clavo, se celebraba en Volsinii (la actual Orvieto). Cuando los romanos conquistaron la ciudad etrusca de Veii en el 396 a.C., se familiarizaron con la adoración de Nortia y poco después la identificaron con Tique, la diosa romana del destino.
El culto romano de Fortuna se centraba mucho en la idea del destino ciego y la suerte, tanto buena como mala. Fortuna no era realmente una diosa de la fertilidad o el crecimiento como otras deidades, sino que controlaba los resultados aleatorios en la vida de las personas. Por eso se la consideraba voluble, ya que podía favorecer a alguien un día y abandonarlo al otro.
Iconografía
En el arte romano, Fortuna se representaba típicamente como una figura femenina de pie, a menudo alada, sosteniendo los símbolos de su autoridad esquiva:
- Un cuerno de la abundancia que derramaba sus dones
- Un timón de embarcación o rueda que giraba constantemente para simbolizar el caprichoso vaivén de la suerte
- Un globo para mostrar que todo el mundo estaba bajo su influencia
- Las alas para enfatizar su naturaleza impredecible
A veces también se la muestra con los ojos vendados o sobre una rueda, para enfatizar el papel ciego del azar en el destino de los hombres.
Fortuna en la religión romana
Fortuna ocupaba un lugar destacado en la religión romana. Se la consideraba una fuerza invisible omnipresente que necesitaba ser aplacada y cortejada para tener su favor. Había muchos templos, altares y festividades dedicados a ella en todo el Imperio Romano.
Algunos emperadores incluso se declararon a sí mismos encarnaciones o elegidos de Fortuna para reforzar su autoridad. Por ejemplo, el Templo de Fors Fortuna se erigió en Roma bajo el reinado de Servio Tulio, el sexto rey de Roma.
Los romanos también tenían muchos refranes y dichos sobre Fortuna y su rueda. Las frases como “La rueda de la Fortuna“, “La Fortuna es ciega” y “La Fortuna favorece a los audaces” eran muy comunes.
Cultos y festividades
Algunos cultos y festejos destacados en honor a la diosa Fortuna incluían:
- El 1 de junio se celebraban las Fortunalia en su honor.
- El 24 de junio se realizaba la fiesta de Fors Fortuna.
- Fortuna Virilis (“Fortuna del hombre”). Era la patrona de la buena suerte masculina.
- Fortuna Feminina. Se la asociaba a la suerte de las mujeres.
- Fortuna Primigenia. Era la Fortuna originaria venerada en la ciudad de Praeneste.
Estos cultos muestran que los romanos reconocían tipos o aspectos específicos de Fortuna relacionados con cada sexo, lugar o propósito.
Fortuna en la literatura clásica
Muchos autores y poetas latinos también exploraron el concepto de la diosa Fortuna y el tema de la buena y mala suerte. Por ejemplo:
- Cicerón escribió un tratado filosófico llamado De Divinatione que discute qué parte de nuestro destino está predeterminada y cuánta controla Fortuna.
- En la Eneida de Virgilio, la diosa Juno le pide a Fortuna que no permita que los troyanos asentados por Eneas en Italia prosperen.
- Horacio se refiere a menudo a Fortuna y su imprevisibilidad en sus Odas. Por ejemplo, dice: “Ahora me elevas sobre un espléndido trono; luego, pensando en ello de nuevo, me sumerges en la ruina”.
- En las Metamorfosis de Ovidio, la diosa Fortuna declara: “Soy la diosa a quien nadie es sagrado, la que mezcla las cartas del destino sin orden ni concierto”.
Por lo tanto, en la literatura latina Fortuna simbolizaba las arbitrariedades de la suerte y cómo los humanos estamos sujetos a fuerzas que no podemos controlar totalmente.
Legado e influencia posterior
La idea de la Fortuna Romana y su rueda de la fortuna han tenido una gran influencia tanto en la cultura occidental como oriental. Por ejemplo:
- El concepto de una deidad femenina de la suerte persiste con Lady Luck en el mundo anglosajón.
- La Rueda de la Fortuna sigue siendo un símbolo popular de lo impredecible del destino humano.
- La palabra “fortuna” para designar la suerte o el azar se deriva del nombre de esta diosa.
- La tradición del “girar la ruleta” o las loterías también tiene sus antecedentes en los juegos de azar de la Antigua Roma relacionados con el culto a Fortuna.
Por lo tanto, aunque los romanos ya no adoren a esta deosa, su legado permanece muy vivo entre nosotros en refranes, símbolos, palabras e ideas que aún repercuten en la cultura contemporánea. La diosa Fortuna de la mitología romana nos recuerda lo poco que podemos dirigir nuestro destino individual pese a todos nuestros esfuerzos.
Conclusión
En definitiva, la diosa romana Fortuna personificaba las fuerzas ciegas e impredecibles que actúan en nuestras vidas. Los romanos la veneraban con fervor, pero también le temían por sus caprichos. Se la representaba con varios símbolos que enfatizaban la naturaleza volátil de su favor divino.
Fortuna formaba parte integral de la religión y la cultura romanas, inspirando muchas obras literarias y de arte. Y aunque su culto formal puede haber desaparecido, su concepto fundamental y su imagen icónica de la rueda giratoria de la vida aún resuenan en nuestro lenguaje y pensamiento modernos.
Esta diosa forma parte de las diosas romanas
