La diosa celta Epona era la patrona de los caballos, potros y yeguas, así como de los jinetes y la equitación. Adorada por los galos y galorromanos, se cree que su culto se extendió por gran parte de Europa durante la Edad de Hierro y el Imperio Romano.
Origen e historia del culto a Epona
El nombre Epona probablemente derive de la palabra gala “epos” que significa “caballo”. Se sabe que su culto existía entre las tribus celtas ya en el siglo I a.C. En un inicio pudo haber sido una diosa local venerada en una pequeña zona, pero su popularidad creció rápidamente.
Su imagen aparece frecuentemente representada en monedas, medallones y altares de piedra dedicados a ella durante los siglos I al III d.C. Esto indica que su devoción se difundió ampliamente con los desplazamientos militares romanos.
Atributos iconográficos y simbolismo
En el arte grecorromano Epona aparece montando un caballo o entre dos caballos. Con frecuencia la acompañan símbolos como espigas de trigo, cuernos de la abundancia, antorchas, aves y perros.
Estos elementos reflejan su papel como diosa de la fertilidad y protectara de los establos, así como su vínculo con el Más Allá y los ritos fúnebres.
Funciones y patronazgo mítico
Como patrona de los caballos, Epona proveía bienestar y protección al ganado equino. Por extensión, era la guardiana de los propietarios de caballos, granjeros, arrieros y jinetes.
En la tradición galorromana se creía que guiaba a las almas al otro mundo, escoltándolas en su última cabalgata hacia el reposo eterno.
También cumplía una función psicopompa (guía de almas) relacionada con ritos y sacrificios en los que se inmolaban caballos.
Persistencia de su culto en la cultura popular
Aunque la devoción pagana a Epona decayó con la llegada del cristianismo, su imagen inspiró posteriormente a la Dama del Lago de las leyendas artúricas.
Asimismo, algunos estudiosos señalan un posible vínculo entre las tradiciones sobre Epona y las celebraciones cristianas de San Martín de Tours y San Nicolás, protectores de los animales domésticos.
En la actualidad la figura de esta diosa celta persiste en la cultura popular, la literatura fantástica y el esoterismo de corte neopagano.
Esta diosa forma parte de las Diosas Celtas