Áine, diosa de la fertilidad, el amor y la belleza era considerada por los antiguos irlandeses como la diosa celta de la luna
Orígenes y mitología
La luna ha desempeñado un papel importante en la mitología celta desde tiempos inmemoriales. Los celtas veneraban a una diosa lunar, conocida por diferentes nombres según la región y tribu.
En Irlanda se la conocía principalmente como Áine, diosa de la fertilidad, el amor y la belleza. Se decía que Áine vivía en la colina de Knockainey y que impartía su magia a las cosechas para garantizar su crecimiento. También se la asociaba al ganado y se la consideraba protectora de los animales.
Culto y rituales
Los rituales en honor a Áine solían realizarse en las colinas, donde se creía que residía la diosa. En el solsticio de verano, los druidas encendían hogueras ceremoniales y realizaban bailes y cantos para celebrar y honrar a Áine, pidiendo su bendición para la tierra y los cultivos.
También se realizaban rituales relacionados con la fertilidad y el matrimonio, ya que Áine estaba conectada al amor y la sexualidad. Las parejas acudían a pozos y fuentes sagradas asociadas con la diosa para recibir su bendición.
Mitología galesa y británica sobre la diosa celta de la luna
En Gales, la diosa lunar tenía varios nombres, incluyendo Arianrhod, diosa de la Luna llena, la belleza y la fertilidad. Se decía que vivía en Caer Arianrhod, la “Fortaleza de Arianrhod”, representada por la constelación Corona Boreal.
Leyendas e influencia
Una leyenda galesa cuenta que Arianrhod dio a luz mientras huía, y que sus hijos cayeron al mar y al cielo, convirtiéndose en astros celestiales. Este mito explica el movimiento de las estrellas y el nombre de Corona Boreal.
Arianrhod también estaba asociada con tejer el destino y determinar quién viviría o moriría. Su influencia sobre las mareas y los ciclos lunares la conectaban con estos ciclos cósmicos de vida, muerte y renacimiento.
En Inglaterra y Escocia, la diosa lunar era conocida como Ceridwen, patrona de la poesía, la inspiración y la magia. Estaba asociada con el cáliz y representaba la sabiduría divina y los misterios de la vida.
Sincretismo con otras tradiciones
Con la llegada del cristianismo a las Islas Británicas, algunos aspectos de las diosas lunares celtas se fundieron con la figura de la Virgen María, adoptando elementos de sus leyendas y rituales.
Legado e influencia actual
Aunque ya no se la venera activamente, la diosa celta de la luna sigue ejerciendo una poderosa influencia en el folclore y las tradiciones de las Islas Británicas e Irlanda.
Muchos símbolos y conceptos asociados con ella, como el halo y los cuernos de la luna creciente, continúan apareciendo en el arte celta contemporáneo. Su conexión con la fertilidad y los ciclos naturales también resuena con los valores ecológicos y neopaganos modernos.
La bella y misteriosa deidad lunar celta, con sus múltiples nombres y aspectos, aún ejerce su magia sobre nuestras imaginaciones e inspira nuevas interpretaciones de sus antiguos mitos. Su legado parece tan cambiante e infinito como las mareas y fases de la propia luna que gobierna.
Esta diosa forma parte de las Diosas Celtas